sábado, 2 de marzo de 2013

PAISAJE VEGETAL


Paisaje vegetal oceánico:


En España este tipo de paisaje es el que encontramos en las zonas en las cuales la influencia del clima atlántico es mayor teniendo que los principales lugares son la Cordillera Cantábrica y Galicia y también existe una gran presencia en las zonas montañosas como los Pirineos, el Sistema Central, el Sistema Ibérico y las Cordilleras Catalanas.

Si las condiciones climáticas son las adecuadas, con un régimen de precipitaciones abundantes y temperaturas poco calurosas con presencia de humedad en los suelos encontramos el bosque templado-oceánico que alcanza un desarrollo en altura de unos 30 metros. Los principales árboles que encontramos son el roble y la haya los cuales poseen hoja ancha y caduca de manera que la luz penetra con dificultades por lo que encontramos un sotobosque poco poblado y pobre.

Una de las especies vegetales que destaca como es el roble encontramos que precisan de humedad para poder encontrar su presencia y soportan mal los fríos y las nieves, su madera se aprovecha principalmente en el ámbito de la construcción. Actualmente está aumentada su extensión.
Los hayedos los podemos encontrar combinados con robledales pero su tolerancia al calor es menor y necesitan de mucha humedad. Tienen un crecimiento más rápido que los robles y su madera se emplea principalmente en la fabricación de muebles.

En las zonas de la montaña donde el frío o la sequedad dificultan el crecimiento del bosque atlántico tenemos la presencia de un matorral conocido como landa. Es un matorral tupido que está formado por brezos, enebros y retamas.

CLISERIE DEL SISTEMA CENTRAL

Los bosques se extienden hasta los 2000 metros y van variando sus especies en 
función de la altura: 
• Entre los 600 y los 1200 metros domina el encinar, formado por encinas, el árbol más característico y extendido del clima mediterráneo. Es resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos. Tradicionalmente se aprovechaba la bellota para el ganado, y su madera, muy dura y resistente, para ruedas, carpintería exterior, utensilios y carbón, muy apreciado por su buena combustión y su alto poder calorífico. Hoy ha perdido buena parte de estos usos (salvo el marginal de la bellota para alimentar al cerdo ibérico).
• Entre los 1200 y los 1700 metros se encuentra el robledal, que no soporta veranos calurosos, no tiene demasiada tolerancia al frío y exige bastante humedad. Su madera, dura, se aprovechaba tradicionalmente para hacer carbón y útiles y actualmente para la construcción (vigas y parquet), muebles, traviesas de ferrocarril, barcos y leña. 
• Por encima del robledal, a unos 1800 metros de altura, quedan algunos hayedos residuales. El haya tolera mal el calor y muy bien el frío, exige gran humedad y prefiere los suelos calcáreos, lo que explica su poco desarrollo en el Sistema Central. Su madera, dura y de buena calidad, se aprovechaba tradicionalmente para carboneo, celulosa o construcción; su fruto, el hayuco, servía para alimento del ganado y para extraer aceite. Actualmente la madera se emplea para muebles, utensilios y leña. 
• Entre los 1800 y los 2000 metros, dominan los pinares de pinus silvestris. de gran porte, que tolera muy bien el frío. Su madera es la más apreciada de entre todas las especies de pinos y se aprovecha para el mueble y la construcción. También se utiliza la resina. 
El matorral y los prados se imponen por encima de los 2000 metros de altitud, donde el frío impide el crecimiento de los árboles. El matorral de altura está formado por especies como codesos, piornos y citisos; los jarales por jaras y los céspedes de las cumbres por vegetación herbácea. Su principal aprovechamiento es como pastos de diente para el ganado.





No hay comentarios:

Publicar un comentario